Mientras que la industria crypto recupera la confianza de los mercados gracias a una regulación más clara y un interés creciente de inversores institucionales, Ripple opta por una dirección inesperada. A pesar de una victoria legal frente a la SEC y un año de crecimiento excepcional, la empresa californiana renuncia a toda salida a Bolsa. Una elección que contrasta con las ambiciones de otros actores del sector e interpela sobre la estrategia a largo plazo de la empresa.