El Banco Nacional Checo acaba de dar un paso sin precedentes: la compra de 1 millón de dólares en criptomonedas, incluyendo bitcoin. Se trata de una primera para un banco central europeo, en un momento en que muchas instituciones se mantienen cautelosas frente a las criptos. Detrás de esta cantidad simbólica, hay una declaración de intención fuerte, pues el país quiere comprender y probar el futuro de las finanzas. Un gesto discreto, pero que podría anunciar un giro en las políticas monetarias en la era de estos activos.