Al mantener por cuarta vez consecutiva sus tasas de interés, la Fed no solo ha prolongado una política monetaria. Ha tomado una posición en un paisaje económico y político bajo tensión. Inflación persistente, crecimiento debilitado, presión política apenas encubierta... El statu quo decidido este 18 de junio se asemeja a una declaración de intención. Detrás del silencio de los números, se perfila una estrategia de resistencia, mientras la banca central se encuentra en el centro de un juego de equilibrios cada vez más inestable.