La anuncio de Donald Trump de aranceles del 10 % sobre los países de los BRICS reabre un debate estratégico: ¿corren los Estados Unidos el riesgo, al querer defender su liderazgo, de acelerar la dedolarización? Detrás de esta ofensiva comercial se perfila una fractura más profunda, donde las potencias emergentes buscan romper con la dominación del billete verde. A medida que las tensiones geoeconómicas se intensifican, surge la pregunta: ¿no estaría Washington precipitando la reconsideración del orden monetario que se esfuerza por preservar?