Mientras las tensiones económicas se intensifican entre grandes potencias, una voz disonante cuestiona el relato dominante en Washington. Según Boris Kopeikin, economista jefe del Instituto Stolypine, el déficit comercial de Estados Unidos con China no sería el efecto de una estrategia de los BRICS, sino de un debilitamiento estructural de la economía estadounidense. Esta interpretación reaviva el debate sobre las causas profundas de los desequilibrios estadounidenses en un mundo en plena reconfiguración.