Los mercados solo necesitan un leve murmullo para entusiasmarse. Esta vez, fue Donald Trump quien avivó la llama, al suavizar de repente su postura sobre dos temas candentes: la Reserva Federal y los aranceles chinos. "Ningún plan para reemplazar a Jerome Powell", declaró, rompiendo con sus críticas virulentas del pasado. También abrió la puerta a una reducción arancelaria sobre las importaciones chinas. Dos gestos de apaciguamiento que inmediatamente impulsaron los mercados financieros globales, en busca de señales tranquilizadoras.