La desaceleración china sacude a las industrias europeas del lujo y el automóvil

En un contexto económico mundial ya frágil, la desaceleración china actúa como una onda de choque para las empresas europeas de sectores tan emblemáticos como el lujo y la industria automotriz. Mientras que estas industrias se habían acostumbrado a un crecimiento sostenido por el apetito del mercado chino, las señales del tercer trimestre presentan un panorama sombrío. Detrás de las cifras, hay un modelo económico que tambalea, lo que deja lugar a profundas incertidumbres sobre el futuro de los intercambios entre Europa y China.

Un mercado chino en declive, gigantes europeos en dificultades

Los recientes anuncios de las empresas europeas dan cuenta de un impacto significativo de la desaceleración económica china en sus actividades. En Volkswagen, buque insignia de la automoción alemana, los beneficios netos se han desplomado un 64 % en comparación con el año anterior, siendo China su principal mercado. Mercedes-Benz y BMW, otros pilares del sector, también registran una caída en las ventas en esta región. Estas drásticas disminuciones se explican por una demanda debilitada, pero también por una mayor competencia de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos. Así, « los fabricantes locales han anticipado la situación a través de la diversificación hacia el mercado europeo », precisa Éric Kirstetter de la consultora Roland Berger.

El lujo, durante mucho tiempo impulsado por el apetito de los consumidores chinos, también está sufriendo una pérdida de impulso. De hecho, los grupos franceses LVMH y Kering, así como su homólogo italiano Prada, están viendo un descenso en sus ventas en el tercer trimestre. El CEO de Prada, Andrea Guerra, resume así la situación: « el mercado chino es hoy más complicado y podría no mejorar en el futuro cercano ». Estas declaraciones resuenan con una realidad estructural. Los hogares chinos, que antiguamente eran grandes consumidores de bienes materiales, ahora priorizan los servicios.

Una transformación estructural con implicaciones globales

Los desafíos a los que se enfrentan las empresas europeas van más allá de una coyuntura económica desfavorable. Según Françoise Huang, economista de Allianz Trade, China atraviesa una transformación profunda, marcada por una desaceleración de su crecimiento anteriormente rápido. « Los períodos de crecimiento muy alto que hemos experimentado en China en las últimas décadas son cosa del pasado, » explica Famke Krumbmüller, de la consultora EY. Este nuevo paradigma obliga a las empresas a repensar sus estrategias, especialmente porque Pekín tiene dificultades para estabilizar su economía frente a crecientes tensiones geopolíticas.

A pesar de estos desafíos, emergen oportunidades. En ciudades de segundo y tercer nivel, el ascenso de la clase media podría ofrecer un nuevo aliento a algunas industrias. Estos focos de crecimiento, aunque limitados, representan una oportunidad para las empresas capaces de adaptarse. Sin embargo, persisten grandes incertidumbres, especialmente con las políticas proteccionistas anunciadas por Donald Trump, que podrían encarecer los costos del comercio sino-europeo.

En este contexto, la desaceleración china, a pesar de nuevas medidas de apoyo, se impone como un cambio decisivo para Europa. Las industrias afectadas deberán ajustar sus expectativas, pero también innovar para seguir siendo competitivas en un mundo económico en plena redefinición. A corto plazo, las perspectivas siguen siendo sombrías, pero una adaptación estratégica podría transformar esta crisis en una oportunidad de reinvención.