OpenAI acaba de superar un hito. Con una valoración de 500 mil millones de dólares, la startup dirigida por Sam Altman supera a SpaceX y se impone como la más valorada del mundo. Esta ascensión fulgurante confirma el cambio de la tecnología hacia la inteligencia artificial. En el ecosistema Web3, donde la infraestructura digital es un terreno de competición estratégica, este avance no ha pasado desapercibido. Más allá de las cifras, es una batalla de influencia que se libra entre la inteligencia artificial y la economía descentralizada.