El 24 de julio, casi mil millones de dólares en posiciones apalancadas fueron liquidadas en pocas horas, desatando una ola de ventas en las plataformas de derivados. El XRP, Dogecoin, Ethereum y Solana cayeron, arrastrados por una mecánica de sobrecalentamiento alimentada por apuestas especulativas masivas. Un día negro que recuerda cuán volátil sigue siendo la regla, no la excepción, en el universo cripto.