La arquitectura monetaria mundial se tambalea sobre sus cimientos. Al reducir la participación del dólar en sus intercambios al 33%, los BRICS marcan una ruptura histórica. Su comercio se basa mayoritariamente en sus propias divisas. Detrás de este cambio, una estrategia asumida, la de fragmentar un sistema dominado por el billete verde. Ya no es una intención, es un movimiento en curso. Y redibuja los equilibrios de un orden financiero hasta ahora bajo la influencia de Washington.