Este 14 de agosto, unas declaraciones ambiguas del secretario Scott Bessent desataron un mini-crash, borrando en unos minutos decenas de miles de millones de dólares en capitalización. Mientras los inversores temían una renuncia oficial a toda adquisición de BTC, una retractación publicada en la plataforma X unas horas más tarde vino a sembrar aún más confusión sobre la estrategia real de Estados Unidos.