Warren Buffett no es un hombre que hable en vano. Cuando se expresa, el mundo de las finanzas escucha. A sus 94 años, el inversor legendario utiliza su carta anual a los accionistas para transmitir un mensaje claro a Washington: los desvíos presupuestarios y la inestabilidad monetaria amenazan la economía estadounidense. Esta señal de alarma se produce cuando Berkshire Hathaway registra un rendimiento financiero espectacular, con un beneficio récord y una tesorería histórica de 334,2 mil millones de dólares. Así, en un mercado donde las oportunidades de inversión se están agotando, Buffett prioriza la prudencia y se prepara para ceder el paso a su sucesor designado, Greg Abel.