¿Y si un cuarto de los bitcoins en circulación corrieran el riesgo de ser robados debido a una falla criptográfica? Este escenario, que ahora se toma en serio, lleva a Jameson Lopp y a otros desarrolladores a proponer una medida inédita: congelar los BTC almacenados en direcciones vulnerables a ataques cuánticos. Entre ellas, los míticos fondos de Satoshi Nakamoto. Se trata de una iniciativa explosiva, entre la necesidad de seguridad y la revisión de los principios fundamentales del protocolo.