Mientras la guerra comercial entre China y Estados Unidos parecía estancada en un ciclo interminable de represalias, un gesto inesperado ha revivido la esperanza: Pekín acepta conversaciones oficiales con Washington. Es la primera vez en meses. Este encuentro, más que un simple intercambio diplomático, cristaliza las tensiones profundas que sacuden el comercio mundial y la economía de los dos gigantes.