Cuando un producto de gran consumo desplaza al petróleo y los diamantes en las exportaciones de un país como India, ya no se trata de un simple éxito industrial, sino de un cambio estratégico. El ascenso vertiginoso de los smartphones como principal artículo de exportación refleja un replanteamiento de las prioridades económicas del país. Este giro marca la aparición de una India manufacturera conectada a las cadenas de valor globales, con posibles repercusiones en el equilibrio del comercio internacional, los flujos tecnológicos y, a largo plazo, en los usos digitales y en las dinámicas de la economía cripto.
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