El comercio mundial tambalea bajo el efecto de una nueva escalada entre Washington y Pekín. Donald Trump relanza la ofensiva arancelaria contra China, reavivando una guerra comercial que había marcado su anterior mandato. Pekín, lejos de retroceder, despliega una respuesta firme, decidida a defender sus intereses estratégicos. Este tira y afloja reactivado entre las dos superpotencias resuena más allá de las aduanas, amenaza los equilibrios económicos globales y despierta tensiones en los mercados internacionales. Un enfrentamiento cuyas implicaciones podrían sentirse bien más allá de las fronteras estadounidenses y chinas.