El 12 de abril, Donald Trump sorprendió a los mercados al levantar una serie de aranceles sobre productos tecnológicos estratégicos. Este gesto, en medio de la rivalidad con China, impulsó instantáneamente el bitcoin más allá de los 85,000 dólares. Lejos de ser un simple ajuste comercial, esta decisión redefine los equilibrios industriales y envía un fuerte mensaje: la política económica estadounidense ahora se alinea con los intereses de los actores digitales y del sector cripto.